Amelia Earhart

 

Nació en Kansas, Estados Unidos, el 24 de julio de 1897, en el seno de una familia de clase media. En 1905 su familia se muda a Des Moines, Iowa, aunque por poco tiempo, ya que luego vivirán en Minmesota y Missouri. En la Primera Guerra Mundial la joven Amelia ejerce de enfermera y mantiene su primer contacto con el mundo de la aviación a través de los pilotos heridos.

Será en California donde su incipiente afición reciba el espaldarazo final. Otra mujer, Neta Snork, se convierte en su instructora, aunque no la considera una buena alumna. En 1923 y pese a todos los inconvenientes, obtiene la licencia de piloto, y en 1927 se une a la Asociación Aeronáutica Internacional, en incluso  invierte dinero en una pista de aterrizaje.

En 1928 el capitán Rayley le propone ser la primera vez en cruzar el Atlántico y lo hace en la nave «Friendship», acompañada por Stultz y Gordon. Lo consigue y la invitan a dar numerosas conferencias. La empiezan a llamar Lady Lindy, en alusión a Charles Lindbergh. n 1931 se casa con Putnam, que la había ayudado a editar su primer libro.

El siguiente reto será cruzar el Atlántico en solitario, y lo consigue, lo cual a hace acreedora a toda clase de reconocimientos. Ahora se plantea cruzar el Pacífico y sale de Honolulu el 11 de enero de 1935, aterrizando luego en Oakland, California. Incluso el presidente Roosvelt en persona la felicita.

Pretende Amelia dar la vuelta al mundo a través de la línea del Ecuador y en una primera etapa va de California a Hawai. En el último tramo del viaje, el avión conocido como «Electra» se pierde. Su última comunicación tiene lugar el 2 de julio de 1937 y su ubicación era la isla de Howland. El gobierno americano gastó más de cuatro millones de dólares en buscar su nave, pero nunca más se supo de ella.

6 comentarios en “Amelia Earhart”

  1. Vi la pelicula «Amelia» de Hilary Swank y Richard Gere. Me gustaria que hubieran mostrrado su parte humana, pero no, sólo sabemos que fue una heroina y no, seguro que no fue sólo eso.

  2. Supongo que es difícil entrar en la parte humana de la gente,Uni, a veces porque no hay datos y en ocasiones porque eso no interesa al gran público. Lo que importa de Amelia es que le gustaban los aviones, pero nadie quiere saber si le daba miedo volar o si le hubiese gustado tener hijos, o le agradaba hacer pastel de manzana. Eso es prosaico, me temo. A mi, que soy tan cotillas, si me interesa saber esas cosas

  3. María Jesús Martínez

    El número 10 de la revista Clio, dedicó un artículo a esta mujer. En él podemos encontrar algunas pinceladas sobre esa faceta humana que algunos echamos en falta.
    Cuenta por ejemplo, como no le gustaba jugar con muñecas y su compañero de juegos imaginario era su caballo Saladino. Era gran amante de la lectura, los viajes, los artilugios mecánicos y los juegos y deportes «de chicos». Vamos, que ya enseñaba la patita.
    Elaboró un album juvenil en el que coleccionaba recortes de periódico sobre mujeres que hubiesen alcanzado notoriedad en alguna actividad.
    En definitiva un interesante artículo (de esos que te dejan con la miel en los labios)sobre un personaje que se convirtió en el símbolo de la mujer aventurera americana.

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