Uno de mis períodos favoritos de la Historia del Arte, es el aquel en el que los primeros cristianos comenzaban a realizar sus primeras manifestaciones artísticas a espaldas de los romanos, el Arte Paleocristiano.
¿Por qué me gusta tanto? Probablemente porque cuando veo alguna de sus pinturas, edificaciones y esculturas realizas a lo largo de este período (el cual abarca desde el siglo II hasta el V de nuestra era) estas me recuerdan al gran profesor que me las descubrió con tanta dedicación y cariño.
Períodos del Arte Paleocristiano
Lo que actual conocemos con el nombre de Arte Paleocristiano, se encuentra dividido por los expertos en la materia en dos períodos: el de Iglesia perseguida, el cual abarca los siglos II y III d.C. y el de la Iglesia oficial, que se extiende a lo largo de los siglos IV y V d.C.
Período de la Iglesia perseguida
A pesar de que en este período, todos aquellos que se fueron uniendo a la nueva religión llegada de Oriente, el Cristianismo, ponían en serio peligro sus vidas, el arte comenzó a aflorar en lugares tan dispares como las Domus Ecclesiae o las famosísimas Catacumbas.
- Domus Ecclesiae. Como su propio nombre indica, estos primeros lugares de culto, se encontraban camuflados en el interior de las casas de las familias romanas más pudientes. ¿Por qué se encontraban en estos lugares? Fundamentalmente porque al ser ciudadanos respetables, las autoridades romanas no iban a considerarlos como sospechosos de pertenecer a esta secta (no os ofendáis, Roma calificaba de esta manera a este nuevo culto).
- Catacumbas. Aunque la mayoría de la gente piensa que las catacumbas son de un período posterior, lo cierto es que estas comenzaron a construirse a lo largo de esta etapa para poder dar una sepultura adecuada a sus difuntos.
¿Por qué las catacumbas se encuentran bajo tierra? Por las escasas oportunidades que los primeros cristianos tenían de conseguir terrenos para enterrar a sus compañeros. Es por eso, que comenzaron a excavar galerías bajo tierra en las los difuntos podían ser inhumados en loculi o arcos solium.
Son estos lugares, los elegidos por los primeros cristianos para realizar de forma camuflada, las primeras pinturas y relieves, en los que aparecen la inmensa mayoría de símbolos (de los que hablaremos en un próximo artículo) que aparecen a lo largo del Románico.
Período de la Iglesia oficial
Tras conseguir que en el 311 el Cristianismo fuera incluido dentro de las religiones toleradas dentro de los cada vez más pequeños límites del Imperio Romano, la existencia de las comunidades experimenta un giro de 180º.
En estos momentos, los más altos dignatarios de la nueva religión de moda comienzan a escalar posiciones dentro de la administración imperial. Una nueva situación que les permite influir en la voluntad de los emperadores, para que concedan a esta comunidad emergente el permiso para construir nuevos edificios de culto.
Unos edificios, que arquitectónicamente imitaban a las antiguas basílicas romanas, los cuales comienzan a llenar sus paredes de hermosos mosaicos y pinturas, en los que se mostraban los símbolos de la nueva religión en todo su esplendor
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