Continuamos con nuestra serie de Bastardos Reales en la Historia de España, con un hombre, que a diferencia de nuestro anterior protagonista, consiguió acceder a los más altos puesto del Estado. Un hombre, que también fue reconocido por su regio padre, al que con bastante frecuencia se confunde con su tío bisabuelo. ¿A quién nos estamos refiriendo? A Juan José de Austria, el hijo bastardo de Felipe IV.
Orígenes de Juan José de Austria
Antes de contar los primeros detalles sobre su vida, creo que es necesario contaros de forma resumida como se conocieron sus padres.
Tal y como les sucederá a otros reyes de España, como Alfonso XII y Alfonso XIII, al cuarto de los Felipes le gustaba disfrutar junto a su pueblo de todo tipo de representaciones teatrales. Una afición, que le llevó a tener un sinfín de líos amorosos con las actrices principales de las compañías teatrales. ¿Por qué os cuento esto? Porque fue de esta manera como conoció a la futura madre de Juan José de Austria, María Inés Calderón, una de las actrices más famosas de la época a la que se conocía artísticamente como “la Calderona”.
Una mujer, a la que las malas lenguas le atribuían un romance con el duque de Medina de las Torres, que dio a luz en la madrugada del 6 al 7 de abril de 1629 al pequeño Juan José. Un niño muy sano, al que bautizaron como “hijo de la tierra”, que fue apadrinado por uno de los criados de Felipe IV.
Pasado un tiempo prudencial, su padre lo envió a León con una mujer de su confianza para alejarlo de las intrigas de la corte. Unos años más tarde, después de la muerte de su madre adoptiva, cambia León por Ocaña y comienza a educarse con maestros elegidos por su padre, siendo reconocido por este de forma oficial en 1642.
¿Por qué le confunden con Juan de Austria?
Probablemente porque en el acta en el que se refleja su reconocimiento oficial, el Consejo del Rey manifiesta que a partir de esa fecha, 1642, Juan José de Austria debería ser nombrado por la Reina y el príncipe heredero como Don Juan de Austria.
Dejamos nuestro relato por hoy para no alargarnos excesivamente. Próximamente hablaremos de sus primeros contactos con el poder y su estancia en Nápoles.