La Capilla Sixtina es una de las obras de arte que todo el mundo reconoce, ya que aunque no hayamos tenido la suerte de verla en directo, lo cierto es que siempre sale en revistas, libros, webs, etc.
Aunque casi siempre vemos la parte del Génesis, es mucho más compleja y por eso podemos acudir a unas clases de historia del arte Madrid presenciales, ya que de esta manera vamos a apreciarla en todo su esplendor.
¿Cuál es el origen de esta capilla?
El nombre le viene de Sixto IV, el cual fue papa desde 1471 y 1484 y que se ocupó se cambiar la que se conocía como Capilla Magna entre 1477 y 1480, justo a final de su papado.
En ella podemos ver cortinas falsas, las Historias de Moisés y de Cristo y retratos de los pontífices que precedieron a Sixto IV, unas pinturas que se deben a un equipo de varios pintores entre los que destacan Sandro Boticceli o Pietro Perugino entre otros.
La bóveda, que es con diferencia la que contiene las pinturas más famosas fue obra de Miguel Ángel por encargo de Julio II, que fue Papa y sobrino de Sixto IV, unos trabajos que se prolongaron desde 1508 a 1512, cuando el trabajo se acabó el día de Todos Los Santos y Julio II inauguró la capilla celebrando una misa solemne.
Se disfruta más si conocemos la historia
Al admirar una obra nos podemos quedar en la parte estética, analizar la parte formal, pero desde luego como mejor se comprende y más se disfruta es su conocemos la historia y el contexto.
Esto se puede conseguir con unas clases de historia del arte Madrid online, en las cuales ni siquiera tendremos que salir de casa para aprender sobre el arte, una parte fundamental del desarrollo del hombre y que siempre se ve afectado por las circunstancias en las que viven los artistas y su época.
Con estos conocimientos, sabremos que sus medidas no son casuales, sino que son idénticas a las del Templo de Salomón según el antiguo testamento, o que la participación de Miguel Ángel tuvo mucho que ver con unas grietas que aparecieron en el techo, de manera que hubo que repintar.
Miguel Ángel se atrevió a representar a Dios
En todas las épocas del arte hay artistas que han sido revolucionarios y Miguel Ángel fue uno de ellos, no solo por la magnífica obra que creó, sino porque se atrevió a representar a Dios, que hasta esos momentos casi siempre era solo una mano.
Este artista, en pleno Renacimiento no lo olvidemos, decidió que Dios tenía que ser como un dios griego o romano, y o representó así, con un cuerpo musculado y barba blanca, influyendo en artistas posteriores hasta el punto de que hoy se sigue representando de manera parecida.
Además, no hay que olvidar que el artista se arriesgó bastante, pues hubo muchas quejas por la supuesta obscenidad de las figuras, tanto que en 1564 se contrató a Daniele da Volterra para que tapara los desnudos.