Si eres tan curios@ como nosotros, seguramente que en más de una ocasión te habrás preguntado al mirar un mosaico… ¿cómo los hacían? o ¿cómo podían hacerlos tan perfectos con tan pocos medios técnicos? Acompáñanos a descubrir la respuesta a estas cuestiones en nuestro artículo de hoy.
¿Cómo se hacían los mosaicos romanos?
Los mosaicos, en contra de lo que muchos piensan, no comenzaron a utilizarse con fines decorativos en Roma. Este tipo de decoración, ya se llevaba a cabo en suelos, paredes y techos en lugares como Creta, Grecia e incluso Mesopotamia.
¿Cómo llegaron los mosaicos hasta Roma? De la misma manera que llegaron infinidad de cosas como por ejemplo los templos, la religión o la filosofía: con la conquista de Grecia. Desde allí múltiples artesanos pasaron a la gran urbe romana, extendiéndose a todos los confines del Imperio.
¿Cómo se fabrica un mosaico?
Para fabricar un mosaico, hay que tener en cuenta varios elementos:
- La superficie en la que se va a colocar, la cual debe ser preparada para que las teselas se asienten perfectamente y el mosaico no se degrade rápidamente.
- El diseño, que era realizado en el taller de los artistas y en el que se dibujaba el motivo, se dividía por colores y se trasladaba a una plantilla en la que se iban colocando las teselas para transportarlo al lugar en el que el mosaico iba a estar ubicado.
- Y por supuesto las teselas, esos pequeños cuadrados de colores que podían ser de mármol o piedras de colores, que se cortaban con sumo cuidado para que pudieran encajar a la perfección en el motivo del que forman parte.