A lo largo de la historia, muchos han sido los personajes cuyos sueños han marcado su devenir posterior. Uno de estos personajes, conocidos por todos los amantes de la historia, es Constantino el Grande, sobrenombre con el que se conoce a Constantino I.
La batalla de Puente Milvio
Constantino fue un emperador romano que no tuvo un reinado fácil, pues durante el tiempo que estuvo al frente del Imperio Romano, tuvo que hacer frente a varios enemigos.
Contra algunos de sus enemigos se enfrentó en la batalla de Puente Milvio, la cual fue fundamental para la posterior historia del cristianismo, ya que el emperador tuvo este tipo de sueños extraños que se tienen antes de un acontecimiento importante.
La batalla está fechada en el año 312 de nuestra era y en ella se enfrentaba a las tropas de Majencio, un rival nada fácil que le iba a poner las cosas difíciles.
Constantino sueña con una cruz
Se dice que la noche anterior a la batalla crucial, Constantino tiene un sueño. Sueña con una cruz y una voz le dice que con ese signo vencerá.
Por eso, ordena pintar la cruz en los escudos de sus hombres, los cuales ganan la batalla contra Majencio. En ese momento, Constantino se convierte al cristianismo, lo que hace que esta religión deje de estar perseguida en el imperio.
El Edicto de Milán
Un año después de la batalla de Puente Milvio, en la que Constantino venció gracias a la cruz, se firma el Edicto de Milán. En el año 313 los cristianos por fin pueden seguir su fe sin temor a castigos por parte del emperador.
Además, el edicto sirvió para el resto de religiones, ya que lo que se firmó en Milán permitía que cada uno siguiese la religión de su elección.
La familia de Constantino tuvo que ver en su conversión
Además del sueño que tuvo, y que le valió ganar una batalla, parece que en la familia de Constantino había influencias católicas. Las crónicas nos dicen que su madre, Elena, podría ser cristiana o que llegó a nacer en una familia que profesaba esa religión.