Como ya hemos demostrado en las dos anteriores entregas, es posible aprender una gran cantidad de detalles sobre diferentes períodos de la Historia utilizando algo tan aparentemente alejado de ella como un videojuego. Y es que, aunque en alguna que otra misión o personaje se tomen licencias históricas que muy poco tienen que ver con la realidad, el 85% de la información es tan real como la vida misma.
Después de hablaros de los títulos con los que más horas he compartido, hoy haré referencia a otro al que también he jugado, pero mucho menos que los anteriores, Empire Earth.
Empire Earth, desde la Prehistoria al futuro
Probablemente uno de los grandes atractivos de este juego, sea que en todas y cada una de las diferentes civilizaciones que aparecen en Empire Earth podemos avanzar desde la Prehistoria hasta un futuro lleno de rayos láser y construcciones imposibles.
La estructura del juego se divide en 3 campañas principales:
- Los griegos, en los que podremos controlar a héroes tan legendarios como Agamenón, Pericles o Alejandro Magno y jugar en batallas tan míticas como La guerra de Troya o Las guerras del Peloponeso.
- Los ingleses, donde aparecerán los acontecimientos más señalados de Guillermo el Conquistador, El Príncipe Negro e incluso podremos luchar codo con codo con el Duque de Wellington en la decisiva batalla de Waterloo.
- Los alemanes, entre los que se encuentra el célebre aviador conocido por el apodo del Barón Rojo, a los que manejaremos a lo largo de la primera mitad del siglo XX en escenarios como el del Somme o la operación con la que se quería invadir Inglaterra.
Se completa el juego con una campaña rusa en la que juega con la hipotética posibilidad de que en un futuro (no demasiado alejado de las fechas en las que nos encontramos) la Unión Soviética vuelve a resurgir con gran fuerza.
A parte de estas campañas, podemos disfrutar de forma más libre del juego y ponernos al frente de 21 civilizaciones, entre las que se encuentran: Asiria, Babilonia, Bizancio, Cartago, el Imperio Otomano, España…etc.