Para que Su Majestad Elizabeth de Austria-Hungría se digne hablar conmigo, he de echar mano de todo mi valor y seguirla en su paseo o más bien en su marcha, porque esta mujer que ya sobrepasa en más de diez años el medio siglo corre más que camina y yo a duras penas consigo seguirle el ritmo, casi sin respirar, mientras ella parece estar fresca como una rosa. Lleva una especie de traje de chaqueta y falda, y cosa inusitada, he oído que se ha despojado de las enaguas para poder caminar más fácilmente.
-Majestad, ¿alguna vez habéis estado enamorada del emperador?
–Claro que no, infeliz. ¿Dónde se ha visto que una mujer esté enamorada de su marido? A mi pobre Franzie le soporto y le quiero mucho, pero no estoy enamorada de él.
-¿Es cierto que le habéis buscado una amante?
–Si, y tan cierto. Una actriz de teatro que se llama Catalina Schratt. Ambos estamos muy contentos con ella. Es un buen apaño que me permite vivir un poco más en paz.
-¿Es verdad, Majestad que habéis estado enamorada del conde Andrássy y de Bay Middleton?
–No, no es verdad. Hemos sido amigos, amigos del alma, pero nada más. Yo me amo demasiado a mi misma para enamorarme de hombre alguno?
-¿Cuál ha sido la mayor tragedia de vuestra vida, Majestad?
–Mi vida entera es una completa tragedia, pero lo peor han sido las pérdidas: mi pequeña hija Sofía, mi hijo Rodolfo, el amado heredero, mi primo Luís II de Baviera, mi hermana Sofía de Alençon, mi querido cuñado Maximiliano, a quien se empeñaron en hacer emperador de México…
-Majestad, ¿Es cierto que escribís poemas?
–Si, es verdad. Desde que era muy joven y me trajeron a esta jaula de oro que es el Hofburg, escribo para no volverme loca, aunque pienso que igualmente algo en mi mente se está rompiendo un poco más cada día.
-¿Es por ese miedo a la locura por lo que visitáis tantos manicomios?
-Si, quizá sea por eso. Todos los Wittelsbach somos propensos a la locura: mis primos Luís y el pobre Otón, al que tuvieron que hacerle una habitación con las paredes acolchadas…
-En Viena os llaman “La locomotora” por vuestra afición a los viajes. ¿Cuál es el próximo que planeáis?
–Quiero ir a Suiza, una tierra que quiero mucho porque es una república, el gobierno ideal.
-¿Sois republicana, Majestad?
–Mucho.
-Decidme, por fin, ¿es cierto que vuestro caballo preferido se llama “Nihilista”?
–Así es. Le adoro.
Quedamos en vernos el próximo 10 de septiembre en Ginebra, a orillas del Lago Leman
Cómo me gusto siempre la vida de isabel!!! A ella ya veo que no y por supuesto no me extraña. Es cierto que hemos vivido pegados a ella o mejor ella a nosotros, pero siempre me atrajo su personalidad. Esta entrevista es el sueño de todo aquel que ha perseguido siempre la historia, la historia real de Sissi.
Ya sabes que esta señora es una de mis debilidades. Era muy adelantada a su tiempo y desde luego una de las testas coronadas más interesantes. Convendría entrevistar también a su amiga Carmen Sylva, la reina de Rumanía. Le pediré una cita