Con su marido no se lleva bien, pero disfruta mucho viajando por Europa con su suegro, al que adora. En 1893 se decide que Eulalia represente a la familia real en la visita a la Exposición Universal de Chicago, y aprovecha para visitar Cuba. Allí se da cuenta de que la corona española no podrá retener la isla y en alguna carta a su madre le confiesa que entiende las ansias de independencia de los cubanos. Causa un gran escándalo diplomático cuando se presenta vestida con un traje azul con bordados blancos y una cinta roja al cuello, los colores de la revolución cubana. Sin embargo, el pueblo la aplaude y la vitorea. Es en Cuba en donde se entera con pruebas palpables de las infidelidades de su esposo, aunque hacia tiempo que lo sospechaba. Decide entonces, a los 36 años, separarse de su marido, aún en contra de la opinión de toda su familia. Tan solo la apoya su madre, con la que se va a vivir en 1900. La reina Isabel incluso llega a escribir al Papa pidiendo la anulación del matrimonio de su hija.
Cuando muere la reina Isabel en 1904, Eulalia se va a Heidelberg y viajará por toda Europa. Algunos empiezan a llamarla “la infanta bohemia o la princesa andariega”.
Eulalia siempre tendrá una buena opinión de la reina Cristina y las dos mantendrán una relación bastante cordial. A su sobrino Alfonso le quería mucho, a pesar de que cuando ella publica sus Memorias el rey le prohíbe la entrada en España. En su libro hablaba de la emancipación de la mujer y de una igualdad de derechos con los hombres. Al final su sobrino cede y le permite volver a España en 1922, y tres años más tarde se compra una casa en San Sebastián, en donde vivirá de manera permanente desde 1940. En 1950 se construye una villa en Fuenterrabía y allí morirá en 1958.
Todos los seres humanos tenemos nuestras incongruencias y la infanta Eulalia no podía ser menos. Nunca aceptó la orientación sexual de su hijo menor, Luís Fernando, y dejó de tratarle, por más que su hermana Paz se lo reprochase siempre que se veían.
Muchas Gracias Mabel por tus biografías
De nada. Espero que con eso se me perdone mi ausencia. Porfa…