Nació en Madrid en 1864, la última de las hijas de Isabel II. Tenía cuatro años cuando estalló la revolución que llevaría a toda la familia al exilio en Francia. Fue una auténtica adelantada a su tiempo y vivió siempre como quiso, sin importarle lo que la gente pensase de ella, ni siquiera su propia familia.
Quizá por haberse educado en Paris pudo dar rienda suelta a su enorme inteligencia natural. Hablaba español, francés, inglés, alemán e italiano, y se defendía en ruso y sueco. Escribió, para disgusto de su sobrino Alfonso XIII, un libro de Memorias en las que no dejó títere con cabeza.
Cuando se produce la Restauración Alfonso llama a España primero a su hermana mayor Isabel, y luego a las pequeñas Paz, Pilar y Eulalia. La pequeña choca todos los días con su hermana Isabel, que hace de madre a las tres y las educa con mucha intransigencia. Eulalia envidia la corte inglesa y en la española, tan rígida, se siente prisionera.
Cuando sus hermanos Isabel y Alfonso le piden que se case con su primo Antonio de Montpensier, acepta el sacrificio por amor a su hermano, aunque no ame al novio. Alfonso ya está muy enfermo y tiene dos niñas, así que teme la codicia de los Montpensier y que intenten algo después de su muerte. Por eso Eulalia se sacrifica y al poco tiempo de la muerte de Alfonso contrae matrimonio con Antonio. Tienen dos hijos: Alfonso, que se casará con Beatriz de Sajonia Coburgo, prima de la reina Victoria, y Luis Fernando, que le dio muchos disgustos y del que hablaremos luego.
¿Quién es el papá de esta buena señora?
Según el libro de familia don Francisco de Asís, o como le llamaban por aquel entonces Paquito Natillas o Paquita. Pero…como resulta harto improbable, porque al buen hombre no le gustaban las señoras…se dice que su padre es el mismo que el de sus hermanas Paz y Pilar: don Miguel Tenorio, secretario de la reina, y con el que debía de secretear muy contenta la buena mujer
borbones borbones borbones que hubiera sido de esta españa sin ellos , os atreveis a contestar , yo si tengo una respuesta
Seguro que hubieran venido otros peores.
Puede ser. Los Borbones lo peor que tienen es que les cuesta dejar los pantalones en su sitio. En el caso de Doña Isa, las sayas, evidentemente. Son de buen vivir