Por desgracia, en todas las épocas de la humanidad han existido los ladrones, los amigos de lo ajeno a los que había que poner coto de alguna manera.
Lo primero que se hizo para que los cacos no entrasen en lugares ajenos fue poner un trozo de madera, el clásico palo que atranca la puerta por dentro y que impide que se abra.
Esa “tranca” venía muy bien para que nadie ajeno a la propiedad entrase, pero ¿Qué pasaba si alguien que tenía que pasar lo quería hacer desde fuera? Tenía que llamar a golpes y esperar a que los moradores abriesen.

Eso era un problema y es así como surge la cerradura, de la necesidad de poder abrir una puerta desde fuera.
En época romana aparecen las cerraduras de metal
Parece que las primeras cerraduras aparecen en China hace más de 3.000 años, pero eran de madera y no tenían nada que ver con la idea de lo que nosotros tenemos por una cerradura.
De esta manera, tendremos que esperar a época romana para ver cerraduras similares a las que tenemos nosotros, fabricadas en metal.

También se usaba la madera en aquella época, pero ya aparecen cerraduras metálicas y llaves que se pueden llevar en el bolsillo, unas llaves que hoy podríamos llevar en cualquier bolsillo, hechas con bronce o hierro.
Los romanos consiguieron la miniaturización, la cual se perdió en siglos posteriores. De hecho, si pensamos en las llaves de los pueblos de no hace tanto tiempo, llaves enormes, nos damos cuenta de que hubo una importante involución técnica.
Hay que esperar al siglo XIX para ver innovaciones importantes
Los avances de la civilización romana fueron tan importantes que tenemos que esperar hasta la llegada del siglo XIX para ver innovaciones en el mundo de las cerraduras.

Esta innovación vino de los Estados Unidos y se la debemos a Linus Yale Junior, un ingeniero mecánico que entre 1861 y 1865 patenta la cerradura de cilindro, que no es más que la cerradura que todos conocemos y que está en millones de puertas de todo el mundo.
Eso sí lo cierto es que la idea de la cerradura de pines no es original de Linus, sino que proviene de tiempo de los egipcios, los cuales tenían una cerradura similar a la de pines, pero mucho más primitiva, con una llave enorme y de madera.
Los amigos de lo ajeno han ido evolucionando como las cerraduras
Los amigos de lo ajeno han ido mejorando sus habilidades al ritmo que lo hacían las cerraduras, lo que hace que tener una de pines normal y corriente, de las que aún se tienen en muchas puertas, sea un peligro.

Si tienes alguna de esas cerraduras lo mejor es que contactes con los cerrajeros Madrid, los cuales te sabrán asesorar para mejorar la seguridad de la casa, pues lo cierto es que ahora hay decenas de tipos de cerraduras (incluso ya existen modelos que se abren con el móvil) y lo mejor es dejarte asesorar por un experto a la hora de cambiar la que tienes ahora.
Además de asesorarte sobre seguridad, también tienes cerrajeros 24 horas madrid por si te pasa lo que nos ha ocurrido a todos alguna vez, que es dejarse la llave dentro de casa.
En el caso de que no tengas la suerte de que haya alguien dentro de casa, o hayas tenido la precaucíón de dejar una copia a alguien cercano, estos profesionales te abrirán la puerta con el mínimo daño posible y en unos minutos, para que puedas entrar en casa e idear una forma de no volver a dejarte las llaves dentro.