Tal y como ya os dije al final del primer artículo, hoy vamos a continuar, descubriendo los grandes otro pequeño grupo de los trabajos que tuvo que realizar Heracles, para conseguir que su padre y el resto de los dioses le concedieran su perdón y poder continuar con su vida, como si su terrible crimen no hubiera tenido lugar.
Pasemos sin más dilación a descubrir, cuales fueron las siguientes tareas que tuvo que desarrollar nuestro héroe.
Capturar a la Cierva de Cerinia
La Cierva de Cerinia, era uno de los animales más veloces de toda Grecia. Euristeo, pensó que está sería una prueba insuperable para Heracles, ya que la cualidad principal del hijo de Zeus, era su increíble fuerza.
Tras perseguirla sin descanso, consiguió atraparla al fin, mientras se encontraba distraída bebiendo agua, disparándole una flecha, que se introdujo entre los tendones de sus patas, dejándola inmovilizada, evitando que se hiciera daño.
Capturar al Jabalí de Herimanto
Tras concluir con éxito el tercero de sus trabajos, a Heracles, se le encomendó ir a dar caza a un enorme jabalí, que estaba haciendo la vida imposible a los habitantes de la zona cercana al monte Herimanto.
Hasta allí se traslado Heracles, para intentar devolverles la paz a aquellas pobres gentes. Tras dar con su rastro, se inició una gran persecución que concluyo, con el gran héroe subido sobre el lomo del gran jabalí, al que encadenó y llevó a la corte para dar cuenta de su hazaña.
Limpiar los establos del rey Augías en un solo día
Quizás no sea el trabajo más complicado de los 12, pero si que podemos calificarlo como el más sucio de todos.
El rey Augias, consiguió tener el mayor establo de toda Grecia, gracias al favor de los dioses, que impedía que su ganado enfermase y pudiera multiplicarse sin ningún problema.
Al tener tal cantidad de animales en un mismo lugar, se acumulaban grandes cantidades de residuos, que nadie se preocupaba en limpiar. Esta sucia y apestosa tarea, limpiar los establos, recayó en el pobre Hércules, con el que el rey apostó la mitad de su ganado, si conseguía limpiar tal estropicio en un solo día.
Heracles, aceptó el reto y usando su inteligencia, desvió el curso de dos ríos cercanos, para que se encargaran de dejar el establo limpio e inmaculado. A pesar de que Heracles había cumplido con su parte de la apuesta, Augías se negó a pagar, argumentando que el trabajo no lo había hecho el, sino los ríos.
Más trabajos de Hércules, la semana que viene en vuestro Blogdehistoria