No es Madame Blavatsky, como todos la conocen, mujer de quedarse quieta largo tiempo y decide viajar a Canadá para conocer de cerca la religión de los indios. También pasa temporadas en Guatemala, México y Perú, para estudiar las culturas precolombinas. En 1873 llega a Estados Unidos y funda la sociedad teosófica Isis sin velo, al tiempo que consigue la ciudadanía americana. Con los primeros beneficios que saca de sus libros y artículos ayuda a sus compatriotas rusos víctimas de la guerra con Turquía.
Preconiza la incineración de cadáveres que ha presenciado en la cultura hindú y cuando muere el barón Palm, uno de los miembros de su sociedad teosófica, es la primera vez que se incinera a alguien en tierra norteamericana, lo cual causa un enorme escándalo.
Los misioneros cristianos, celosos de la aceptación que la doctrina teosófica tiene en la India e incluso en Inglaterra, empiezan a atacarla sin piedad y la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres se hace eco de los ataques y la desacredita. No será hasta 1986 que publiquen un artículo retractándose, pero para Helena ya es demasiado tarde.
Madame Blavatsky se encuentra sola, abandonada y enferma, y antes de morirse en Londres en 1891 deja como sucesora en la sociedad que había fundado a Annie Besant. Antes de morir pudo publicar el libro La doctrina sereta de los símbolos, que contiene la base de la actual doctrina teosófica.