Tras viajar a Grecia y Egipto, es el momento de dedicarle nuestra atención a todas esas leyendas que forman parte de la intrahistoria de España. Para comenzar nuestro recorrido, hoy nos hemos decantado por una historia que imaginamos que conocerán muy bien todos aquellos que vivan en las Islas Canarias o cuya familia proceda de aquellas islas tan maravillosas.
La leyenda sobre la que vamos a hablar hoy, trata sobre una isla legendaria, a la que muchos han asegurado ver en el horizonte, pero en la que nunca nadie ha podido desembarcar, ni encontrar ningún tipo de vestigio físico acerca de su existencia.
¿A qué isla estamos haciendo referencia?
A la de San Borondón, cuya leyenda la sitúa en las cercanías de la Isla del Hierro y Gran Canaria. Esta isla es considerada desde antiguo como la octava isla de las Canarias, aunque nunca se ha podido saber con certeza si su existencia es real o simplemente es parte del imaginario colectivo.
¿Por qué tiene tan singular nombre?
Este nombre, procede de otra figura mítica, como es la del monje irlandés San Brandan, que en uno de sus fantásticos viajes, llegó a las lejanas Islas Canarias. Allí posó sus pies en la llamada isla-pez (nuestra San Borondón) , bautizada de esta manera porque se pensaba que su figura estaba formada por un pez legendario.
Nuestra isla ha sido objeto de números estudios, llegándose a concretar en el siglo XVI, sus medidas exactas e incluyéndola en numerosas cartas de navegación. Tal era la creencia en que su existencia era verdadera, que se llegaron a organizar múltiples expediciones para conquistarla y explotar sus posibles riquezas.
Muchos son los testigos que afirman, que San Borondón, no es una simple leyenda o mito popular, ya que la han visto emerger y desaparecer en el horizonte.