A no ser que hayan decidido algo de lo que todavía no tengamos noticias, el Parque Arqueológico de Segóbriga cerrará sus “puertas” hasta que el Gobierno de Castilla-La Mancha encuentre una solución a este problema creado por la Diputación de Cuenca (la cual era la poseedora hasta hoy de los derechos de explotación de Segóbriga)
¿Cómo se ha llegado hasta esta situación?
No conocemos con exactitud todos los detalles, pero todo parece apuntar que este repentino cierre puede estar motivado tanto por motivos políticos (los de la Diputación de Cuenca son de un partido diferente) como económicos. Es triste decirlo, pero para los actuales gestores, Segóbriga no es un lugar en el que mostrar uno de los núcleos hispano-romanos más importantes de la Península Ibérica, sino una máquina para hacer dinero que no les da todas las rentas que ellos deseaban.
¿Tan mal están las finanzas? Por los datos a los que hemos podido tener acceso, parece que no. Es más, desde que empresa pública se hizo cargo de la gestión de Segóbriga, el número de visitantes ha ido creciendo cada año y en los meses que llevamos de 2016, los gastos se podían sufragar con los ingresos obtenidos.
En resumen, que nos quedamos sin poder visitar Segóbriga porque unos pocos creen que nuestro pasado debe proporcionarles los suficientes beneficios para poder seguir teniendo una cómoda existencia.