Los aficionados a la historia solemos comprar libros en papel, pero poco a poco lo cierto es que también empezamos a comprar libros en formato digital. Aunque uso este formato, soy un firme defensor del formato físico cuando hablamos de libros de historia.
La comodidad del papel frente al libro digital
Cuando hablamos de monografías o manuales, libros que a los que nos gusta la historia manejamos casi a diario, las ventajas del papel y su comodidad son más que evidentes.
Piensa en que cuando leemos una monografía lo normal es tener que volver a releer algún párrafo, ver algún capítulo de nuevo o incluso ver lo que habíamos subrayado el día anterior.
Como sabrás, si has usado un ereader, lo que menciono en el párrafo anterior no es imposible, pero sí engorroso, pues volver a un punto determinado nos puede llevar unos minutos si no hemos puesto un marcador.
Los libros electrónicos no se pueden anotar de forma sencilla
Hay mucha gente que hace anotaciones en los libros que lee. En un libro de papel hacer una anotación al margen es tan sencillo como coger un lápiz y hacer la anotación que queramos.
En un libro electrónico hacer anotaciones es casi imposible. Se pueden hacer, pero tendremos que ir escribiendo letra por letra en el teclado, lo que hace inviable ir haciendo anotaciones a menudo.
El libro de papel no se borra de nuestro dispositivo
Es cierto que leer en un ereader es muy cómodo, pero también es cierto que los libros digitales no dejan de ser archivos, por lo que los podemos perder al igual que pasa con los archivos de nuestro ordenador.
¿Quién no ha perdido alguna vez archivos importantes? Yo creo que todos nosotros lo hemos sufrido alguna vez, puesto que aunque sabemos que hay que hacer copias de seguridad no siempre las hacemos. Así, una vez más, los libros en papel ganan la partida.
Los libros digitales no tienen alma
Por último, otra razón para comprar libros en papel es que los digitales no tienen alma. Sé que esto entra dentro del romanticismo, pero los que amáis los libros seguro que sabéis a lo que me refiero.
Ese olor a papel de las librerías de toda la vida, esa satisfacción al entrar a una biblioteca y ver miles de libros en las estanterías es algo que no ocurre con el libro digital, que como he dicho antes, no es más que un archivo más en nuestro ordenador o en nuestro ereader.