Relieve de Horus. Edfú. Steven C. Price, CC BY-SA 4.0

Horus, el vengador de su padre

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Aparcamos un poco  los Mitos y Leyendas de Grecia y Roma,  para introducirnos en el siempre atrayente mundo del Egipto de la Antigüedad. Un mundo tan mágico como misterioso, lleno de los más variopintos dioses, presidido por el que se conoce, entre otras muchas cosas, como el primer faraón que tuvo el país del Nilo. ¿No sabes a quien nos estamos refiriendo? Acompáñanos unos minutos y lo descubrirás.

¿Cuáles son sus orígenes?

El nacimiento de Horus, como no podía ser de otra manera, estuvo envuelto por la magia. Su madre Isis, tras reunir casi la totalidad de los pedazos de su amado esposo Osiris (recordad que un pez se había comido cierta parte sensible de su anatomía), consiguió devolverle la vida y gracias a toda su magia, concebir un hijo, que estaba llamado a ocupar el lugar de su padre, al frente de los dioses.

Algo que no iba a resultar nada fácil, ya que Seth, el hermano y asesino de su padre, había usurpado el trono. Isis, temerosa de que su malvado cuñado, acabara con la vida de su pequeño, decidió entregárselo al dios Tot, para que lo protegiera y educara según correspondía a su rango.

Horus. Deir el Medina

Horus recupera el trono

Horus, gracias al dios de la sabiduría, consiguió convertirse en un gran guerrero, capaz de plantarle cara a su tío y resultar vencedor en la contienda.  A partir de ese momento, Horus, logró auparse al trono del Bajo Egipto, desterrando posteriormente a su tío y convirtiéndose en el primer faraón de Egipto.

Horus, al igual que sucede con la mayoría de los dioses, posee múltiples formas de representación, entre las que destacan la que lo muestra como un niño o la más conocida de todas, como un halcón o como un hombre con cabeza de halcón.

Su culto, instaurado desde la época predinástica, se extendió a la totalidad del país, gracias a la adopción de los faraones como protector divino. De los 3 templos, que se dedicaron a su culto, actualmente, podemos disfrutar del Templo de Edfú, lugar en el que hay situada una estatua de granito, en el que se le representa con forma de halcón y tocado con la doble corona, símbolo del Egipto unificado.