Tras la II Guerra Mundial, las relaciones internacionales cambiaron radicalmente. Lo que antes estaba bajo la influencia por los países europeos, pasa a ser controlado por las dos nuevas superpotencias: la URSS y los EE.UU.
Para evitar que volviera a surgir un conflicto de tan desastrosas consecuencias, se decide crear un nuevo organismo que aproveche la experiencia adquirida por la Sociedad de Naciones. Un organismo, la ONU, cuya carta fundacional fue firmada en 1945 por cincuenta estados, la cual se dividía en un Consejo de Seguridad y una Asamblea.
A pesar de todas las buenas intenciones expresadas por todos sus miembros, la ONU fue incapaz de dar una solución a asuntos tan importantes como: la regulación de la energía atómica, la pugna por Trieste entre Italia y Yugoslavia, la fijación de fronteras en varios países de Europa del Este y sobre todo arreglar el problema alemán